lleno desierto (2023)
Instalación precaria sonora-visual
Museo Barda del Desierto - Neuquén - Arg.
Desarrollado durante Constelaciones 2023 con el apoyo de la Fundación Williams - Red Quincho.
Museo Barda del Desierto - Neuquén - Arg.
Desarrollado durante Constelaciones 2023 con el apoyo de la Fundación Williams - Red Quincho.
En un desierto que nunca fue desierto, en el norte de la Patagonia, en las bardas, se pueden ver las cimas de sus lomadas peladas por el viento. Barda amarilla, barda de verdes y de brillos escondidos en sus tajos. Rocas erosionadas, abismales, que en la mirada lejana rememoran animales de tiempos cretácicos y en sus suelos yace un lecho imaginario sedimentado por algún mar, con sus piedras grises, negras y de colores lavados.
Simbiontes. Hormigas, culebras y hongos se asocian debajo de la insistente hierba, hierba Jarilla, mientras la silenciosa araña entreteje sus viscosas y potentes telas en las ramas. Vuelos efímeros de seres microscópicos, huellas de un puma joven y de un gato montés que prefieren la noche. Una lagartija macho de hermoso manto.
Estepa llena de un silencio imposible, un silencio que vive lleno de viento, viento de roca, de hierba, de arena.
El silencio siempre es imposible, porque siempre está lleno de algo que se mueve, de algo que existe, que vive.
En este breve encuentro dan su testimonio: la ruta, la roca y el viento, que fueron previamente registrados en y desde este museo de techos de cielo y paredes de barda. Y también dan su voz los objetos aquí señalados, aparentemente obsoletos para su función original, que fueron recolectados del suelo de la barda, a pocos kilómetros de este lleno desierto.
Simbiontes. Hormigas, culebras y hongos se asocian debajo de la insistente hierba, hierba Jarilla, mientras la silenciosa araña entreteje sus viscosas y potentes telas en las ramas. Vuelos efímeros de seres microscópicos, huellas de un puma joven y de un gato montés que prefieren la noche. Una lagartija macho de hermoso manto.
Estepa llena de un silencio imposible, un silencio que vive lleno de viento, viento de roca, de hierba, de arena.
El silencio siempre es imposible, porque siempre está lleno de algo que se mueve, de algo que existe, que vive.
En este breve encuentro dan su testimonio: la ruta, la roca y el viento, que fueron previamente registrados en y desde este museo de techos de cielo y paredes de barda. Y también dan su voz los objetos aquí señalados, aparentemente obsoletos para su función original, que fueron recolectados del suelo de la barda, a pocos kilómetros de este lleno desierto.